Llorente: un alcalde en “guerra”
-“Leganés es una de las ciudades de España más afectadas por el coronavirus, le pido que decrete luto oficial en memoria y recuerdo de los fallecidos” (un servidor).
-“No es momento para duelos, estamos en guerra” (el alcalde Llorente).
-“Quiero pensar que su afirmación se debe a un lapsus…” (un servidor).
-“No creo que a los vecinos les ayude que la bandera de Leganés esté a media asta. Cuando hay una guerra, los ejércitos mantienen las banderas en lo alto para dar ánimo a sus soldados” (el alcalde Llorente).
-“Si le falta personal municipal para poner las banderas a media asta, no se preocupe, las pongo yo” (un servidor).
Esta conversación se produjo en un pleno convocado por Santiago Llorente, alcalde socialista de Leganés, el pasado viernes, y en el que no figuraba ni un solo punto en el que se debatiesen (ni aprobasen) medidas concretas para paliar los efectos del COVID19 en Leganés. Eso sí, se aprobó un gasto de 18 millones de euros en cosas que, a día de hoy y en mi humilde opinión, están muy alejadas de las principales necesidades y preocupaciones de los vecinos de Leganés (léase utilizar dinero del Ayuntamiento para comprar camiones de basura o asumir gastos urbanísticos). Les traslado una pregunta. ¿Ustedes creen que obviar del debate político los devastadores efectos socio-económicos del coronavirus en plena pandemia levanta la moral de los vecinos? Yo creo que no.
Más preguntas que me planteo y les planteo. ¿De verdad creen que en una ciudad que supera los 500 fallecidos, sus familiares (creyentes, agnósticos, ateos o mediopensionistas) ni quieren ni merecen un gesto de respeto de su alcalde en memoria de unos seres queridos de los que no se han podido ni despedir? ¿Creen ustedes que ignorar el dolor de tus vecinos les levanta la moral? Yo creo que no.
En una crisis sanitaria de estas dimensiones las atribuciones de un alcalde son limitadas. Pero no son pocas. No me habrán leído ni escuchado una sola crítica a la gestión de Santiago Llorente en esta pandemia en lo estrictamente sanitario. Le prometí lealtad y yo cumplo lo que prometo, algo que él no ha hecho ninguneando a todos los grupos de la oposición. Aunque llegados a este punto, y conocido que ayuntamientos como Torrejón de Ardoz o Boadilla han buzoneado material de protección a absolutamente todos sus vecinos, considero que se podría haber hecho más. Menos “guerras” y más mascarillas, guantes y tests.
Otra cosa es que le hayamos hecho llegar propuestas muy concretas y viables para preparar el día de hoy y el de mañana. En Leganés muchas familias están ya pasando hambre y hace ya tiempo nos tendríamos que haber puesto a preparar un futuro nada halagüeño. Las pymes, el comercio local, nuestra hostelería, nuestros vecinos en paro o afectados por ERTES… Son y van a ser la prioridad y responsabilidad de sus representantes políticos en los próximos meses o incluso años. Pero Llorente es cómo aquel individuo que tenía a los pies de su cama un letrero que ponía “Mañana me Levanto”. No se levantaba nunca.
Hay dos cosas que el alcalde sí puede hacer sin pedirle permiso al mando único, ni a la Comunidad de Madrid, ni al señor que ve cuando se pone frente al espejo: respetar a nuestros muertos decretando luto oficial en Leganés y ponerse a trabajar para que los vecinos afectados económicamente pasen este trago lo mejor posible. Pero para eso hay que ser valiente y desobedecer a sus jefes. El alcalde está obligado a repetir las consignas de Pedro Sánchez: que si estamos en “guerra”, que si la moral del pueblo… Una auténtica estupidez, porque no estamos en guerra y porque en tiempos de guerra también se han celebrado funerales de estado y se ha guardado luto por las víctimas (Primera y Segunda Guerra Mundial).
Lo cierto es que las únicas guerras que tiene el alcalde son con un sinfín de colectivos de todo tipo, color y condición en Leganés y con la oposición. Con un denominador común: no le importan ni sus necesidades, ni sus demandas y mucho menos sus opiniones.
Es imposible que alguien que se comporta así sea capaz de mirar a los ojos a los miles de familiares de los leganenses fallecidos. Es una vergüenza no decretar luto, pero no lo hará. Total, “estamos en guerra”. Y la “guerra” va a durar hasta que Pedro Sánchez diga. Es la demostración de que su empatía con fallecidos y familiares es nula.
P.D.: “El lunes convocaremos unas mesa para consensuar las medidas económicas que tomaremos y que amortigüen las consecuencias de esta situación” (lo dijo el alcalde el viernes pasado)
“No tiene usted intención de consensuar nada. Ya es miércoles y no nos ha convocado a nada”. (lo dice un servidor hoy)
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